Levanto la persiana,
como un telón de teatro, están todos fingiendo, aquí dentro estoy yo.
Elige tu
papel y depúralo, parece ser el lema ¿Después qué? Te sientes mejor.
Escribiendo,
haciéndome un favor, una voz en mi cabeza me repite 'Hagámoslo'.
Ángel o demonio,
nunca distinguí a los dos. Es mi vida y
si no ¿quién dirige el timón?
La velocidad no
importa, si la dirección. Coge tu mejor conjunto, monta, vámonos...
Andando por un
desierto sin oasis y esos malditos buitres dan vueltas alrededor.
Quieren que caiga,
llenar su estómago, su ego, antes que ser su comida prendo fuego mi cuerpo.
El sentido de la
vida, mi camino, estoy por encontrarlo, no existe mapa para lo que estoy
buscando.
¿Seguir buscando un
puente que puede que no exista o cruzar de una vez el río nadando?
Esta mierda de falso
orgullo, como si tuviese que demostrar algo, mi talón de Aquiles, en un cuerpo
ajeno, el reflejo de los que crecieron rápido. Un abril sin lluvia es un hombre
sólo, aunque a veces estarlo tiene su
encanto.
Dados de la mano en
el borde del ático, a un paso de la muerte o del descanso. Si saltas, salto. Se
que es mentira, me gusta oírlo de su boca, hacer como si la creyera...
El viento silba,
aunque ya lo natural no es mágico, o eso dicen las lenguas de plástico.
Irme al fondo del
mar, explorarlo. Decir que no existió, yo y mi rencor.
Compréndeme: estoy
cansado, quita esa cara de asco.
Que sí, todo son
agobios ¿y si mañana no estamos? Como valorar las cosas cuando se van de tus
manos? Unos dados sin números, es a lo
que jugamos.
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