sábado, 4 de octubre de 2014

Nada es perfecto.

Una luz blanca clara como nunca antes vio, su mente lúcida y suicida ardió.
Su meta era posible y vislumbrarla recorrió, con un escalofrío el cuerpo, sintió como si fuera nuevo en esto. De dar pasos pa’ lante y no rendirse al primer toque, 
de levantar cabeza y no dejar que el entorno te desenfoque, de ser un ente más allá del póker.
Pensó tan fríamente como pudo, solo el sudor de su frente le detuvo, complicado es el camino y duro, se mezclaban pensamientos positivos con oscuros. 
Porque los sueños sinceros hay que perseguirlos,  porque los malos senderos también hay que vivirlos, porque no puedes volver si no te has ido, porque solo tu decides como mides cada palmo de tu sino. 
Días como si fueran nuevos, en este juego hay que ponerle un par de huevos y encajar las puñaladas, si te quedas muy tocado no harás nada, y eso duele, puede destruir tu hada 
y provocar que ya no juegues. 

Hizo su llamada en plena tarde, si el corazón le arde, en cada toque de las teclas sus palabras suenan huecas. Pero son tan importantes, si, se siente un cobarde. Ha de tratar de, conservar la calma y darle, rienda suelta a su garganta. 
Mientras él le cuenta el día, ella vacía una sonrisa hacia el micrófono y levanta, el tono y le propone que se vean, él da gracias, mira al cielo y le hace ver que la desea. 
Se despiden, las frases se entrecortan, las palabras no coinciden, un mal sabor de boca del final despide, que a las nueve todo sea más perfecto, que ella le mire, él responda y atrapar ese momento, como si fuera un sueño. 
Él no sabe que ponerse, ella mira sus vestidos, solo piensa que van a verse. 
Más tarde, los pasos en la acera desde lejos y en la mente sus complejos y los nervios traen sudor, a dos metros la saluda, con un par de besos duda, dos cabezas que se chocan, se sonrojan y su alma cae desnuda. Se pregunta, porque la ocurre todo, 
porque nunca todo sale bien como cuando está sola, y lo imagina, él cohibido por su vergüenza es una lápida que actúa de una forma rápida y que la lastima. 
Ella cree que no lo pasa bien y sufre en su interior, él cree que ha de aguantar pero sin mirar el reloj, y así siguen, hablando entre bocados y algún trago, ambos piensan que no hay más que hacer y olvidan los halagos más forzados. 
Sinceran sus palabras, se relajan y se olvidan de querer aparentar, ya no trabajan 
estrategias, ya no hay palabras necias, solo magia 


Si te sientes bien, que más da que sea perfecto, la vida es un fluir de incorrecciones, un directo. Un fallo es avanzar hacia delante, una caída es un instante de ver que hay que dejar correr el tiempo. Porque si te sientes bien, que más da que sea perfecto, aprende a convivir con ello y disfruta el momento, errar es experimentar, probar en cada intento, 
vivir lo malo y bueno y ver que todo sigue dentro. 


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