Llenita de lunares, como tu vestido, placeres de la vida perderme en tu relieve. Hacerte el amor mirándonos, sin hacer ruido, susurros al oído cada vez más fuertes.
Ganas vida, a la vez que me quitas aire, me pides más, me matas, te retuerces en pasión y espinas, sentirnos uno y no pasa ni el aire, déjame ser ese hueco que hacen tus piernas cuando caminas.
Cuando terminamos, y otra vez me pides, ansia sin control vas a matarme, astuta y directa hasta que el lobo aulle, cuando la muerte venga a buscarme dile que me envias de tu parte.
Placer y más placer, tras pervertir los lujos, la fiera rota, ahora mascota que me abraza y me mima. Antes arañaba, besaba, mordía, casi de luto me vestía. Ahora romántica, exacta, minina, tan dulce poesía.
Risas y no quiere pensar, mi niña se sonroja. Me pide perdón, se avergüenza, y se funde entre mis carnes. A mi eso es lo que me gusta, amor, lobo con loba, imprimados hasta el fin como las camadas de antes.
Te duermes, y deberías verte dormida, te voy vistiendo para que no te coja el frío, me arropo contigo, te miro y te observo, me apretas fuerte, sonrojada y sueltas te quieros.
Aventurera y aventurero, camino lleno de baches hasta el cielo. Quizás somos más de infierno, estemos más enfermos que todos y todo esto. Eres ángel cuando despierto, demonio cuando debes serlo, gracias por protegerme ante todos siempre, has descubierto mi punto débil y sólo tú has tenido esa suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario