jueves, 11 de julio de 2013

Perfecto.

Amanecía y por la ventana comenzaban a entrar los primeros rayos de sol de la mañana que rebotaban fuertemente sobre mi cara. Bostecé, abrí un ojo, giré la cabeza y allí estabas tú, tan dormilona como siempre, ¡vaya sonrisa de tonto me salía!. El calor era pegajoso, yo me estiraba en la cama mientras bostezaba de nuevo y te volví a mirar ya con los dos ojos abiertos mientras pensaba que sin duda eras la suerte de mi vida.
Iba hacia ti y te decía al oído lo mucho que te quería, pero tú ni te inmutabas, nunca había conocido a nadie que le gustara dormir tanto, menuda marmota.
Empecé a moverte despacito y ya te empezabas a quejar: "5 minutos más" me decías. Me encantaba verte dormida pero quería aprovechar todo el tiempo posible y tenía que despertarte, así que tuve que hacer aquello que nunca fallaba: te decía que era un tigre, "el macho alfa de la manada" y empezaba a morderte el culo, tú esbozabas una pequeña sonrisa y me decías "un poquito, un poquito más", acto seguido, subía y metía la cabeza dentro de tu camiseta (que era mía) y empezaba a hacerte cosquillas a la vez que te daba besos en la tripa, nunca fallaba. No podías parar de reírte, me hiciste rodar al otro lado de la cama porque tu también me hacías cosquillas(sabías que era mi punto débil) y te sentaste encima mía, dijiste: "he capturado al tigre más feo del mundo", te miré, me miraste a los ojos y nos fundimos en un beso lleno de amor, imposible pensar que pudiera haber un mañana sin esos labios.
El desayuno fue parecido a la guerra, yo te picaba diciendo que estaba malito y tú no parabas de renegar todo el rato. Lo peor fue cuando te dije que me lo tenías que hacer porque eras la mujer y yo el hombre, ví que esa no era la forma de picarte, porque llegaron inmediatamente dos tostadas a mi cabeza jajaja, me encantaba enfadarte y que me castigaras sin besos mil años que al final se convertían en segundos cuando te ponía cara de pena y te pedía perdón. Me decías : "eso es trampa, así no me puedo enfadar contigo".
Al final, se nos pasó el desayuno, preferimos tumbarnos en el sillón del salón uno encima del otro y estar abrazados.Cogí un boli y te propuse que escribiéramos los dos en una hoja cada uno, un deseo que quisiéramos cumplir, tú me mirase raro pero accediste, te dije que te lo guardaras en el bolsillo, y yo hice lo mismo.
Como hacía demasiado calor te ofrecí enseñarte uno de mis lugares favoritos, especial para mí , tú aceptaste con esa sonrisa tan personal que tenías y que me volvía tan loco. Salimos de casa con lo primero que cogimos de ropa y tú sin pintar, quizás eso era lo que más me gustaba de ti, tu sencillez. Tras andar bastante, bromeando todo el camino, al fin llegamos, no podías creer que hubiera un sitio tan bonito tan cerca de ti y nunca haber sabido de él. Estabas ilusionada por llevarte allí y yo me ilusioné más al verte a ti de esa manera, parecías una niña pequeña a la que le habían regalado un juguete nuevo,era genial. Después, te dije que sacaras aquel papel que te habías guardado antes, que lo hicieras pedacitos pequeños, pensaras en ese deseo fuertemente y los echaras a volar de un soplido, yo hice lo mismo. Me preguntaste si creía que se iba a cumplir y te dije que todo era creer y poner toda la fuerza interior para que sucediera, no me dejaste ni acabar la frase cuando saltaste encima mía y me dijiste: "¿los deseos pueden cumplirse dos veces? porque ya te tengo aquí conmigo, a mi lado y si te vuelvo a pedir es por si alguna vez piensas en marcharte que no olvides mi deseo". Me quedé mudo, no podía ni contestar porque en la vida pensé que alguien pudiera decir eso de mí, simplemente me encantó. Fui a ti, te cogí en brazos y como siempre aprovechaba cualquier momento para picarte te dije :"sabes que si pides un deseo y lo dices no se cumple ¿no? así que por tu culpa tendré que empezar a buscarme a otra", empezaste a pegarme hasta que me tiraste al suelo, te subiste encima mía, sacaste un pintalabios y te pintaste los labios de color rojo que sabías que me volvía loco (me hipnotizaba), me diste besos por todos la cara y cuando llegaste a la boca me dijiste "estos son los labios que jamás vas a besar, listillo" ¿lo sabes?, entonces saqué un anillo que tenía guardado en el bolsillo y te dije que quería ser dueño de esos labios para siempre, y siempre es siempre, era una promesa, quería ser de ti y que tu fueras de mí,  no estar con nadie jamás en la vida.

Quien sabe si aceptó, no voy a contar más de lo que pasó a partir de ese momento, espero que os haya gustado, tenía ganas de escribir y es lo que ha salido, no existe esta chica, pero si existe algo, una promesa, Siempre es Siempre.


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